La cicatriz de la cesárea - cuidados y curación

A diferencia del posparto clásico, después de una cesárea te recomendamos que vuelvas a moverte lo antes posible. Por supuesto, debes evitar los esfuerzos físicos y, sobre todo, levantar objetos pesados.

En su lugar, hay que dar los proverbiales pequeños pasos para favorecer la circulación sanguínea en las piernas y prevenir la formación de coágulos. Y cuanto antes consigas ir al baño por tu cuenta, antes te librarás del catéter.

Además, normalmente puedes empezar a hacer ejercicios posparto a las 24 horas para favorecer la curación y poder volver a casa con tu hijo lo antes posible. Pero lo mismo se aplica aquí: no te exijas demasiado a ti misma y a tu cuerpo a la vez. Al fin y al cabo, no solo has dado a luz, sino que también te han operado.

¿Qué hay que tener en cuenta?

• Mantenga la incisión seca y cubierta para evitar roces durante los primeros días. Pero permita también que llegue suficiente aire a la herida.
• Lave la herida sólo con agua hasta que se hayan retirado los puntos, después podrá limpiarla cuidadosamente con una loción lavante adecuada.
• Evite la luz solar para no afectar a la pigmentación.
• Lleva ropa holgada para evitar rozaduras.
• Utilice un cinturón abdominal para sujetar la regresión del abdomen y la cicatriz.
• Evite levantar objetos pesados para no poner en peligro el proceso de cicatrización.

Precaución:

Si hay sangrado activo, humedad, pus, enrojecimiento, fiebre o hinchazón de la incisión, debe informar a su médico.

Una vez cicatrizada la herida de la cesárea, aparecerá la cicatriz

Hay algunos consejos y trucos sencillos que pueden ayudar a curar la cicatriz o a prevenirla: Ten cuidado al ducharte, por ejemplo, sécate después la barriga con una toalla en lugar de frotar. Es mejor evitar los baños completos hasta que la herida haya cicatrizado lo máximo posible y haya pasado el flujo menstrual. La ropa holgada que no roce (y suele ser más cómoda de todos modos) y los aceites y pomadas especiales para cicatrices también ayudan. Si es posible, intenta tratar tu cicatriz con cuidado: es un testimonio de la vida que has creado.